La familia, base de la sociedad, por ser el primer grupo con el que tenemos contacto, tiene una importancia en el desarrollo de todos sus miembros (especialmente en las personas menores de edad). En ella aprendemos, desarrollamos y fortalecemos aspectos emocionales y relacionales, que nos permiten crecer de manera integral y que nos preparan para enfrentar los retos del entorno.
A lo interno, por su dinámica, la familia es un sistema en el que la interacción de sus miembros es influenciada por las conductas del resto, al mismo tiempo que influye en las conductas de los demás integrantes. Las relaciones no son lineales, sino que cuando uno de los miembros presenta alteraciones en sus emociones o tiene conductas inapropiadas, el efecto va más allá de la persona a la que son dirigidas; se afectan todas las partes.
Es así como, si el padre y/o la madre tienen afectaciones en el área emocional, es muy probable que se expresen de mala manera y esto se refleje en el comportamiento de los hijos; o, por el contrario, cuando los niños y/o adolescentes están pasando por situaciones nuevas o difíciles, que no logran expresar apropiadamente, un comportamiento inadecuado podría afectar el resto de las relaciones en el hogar.
A esta realidad estamos todos expuestos. Sin embargo, en ocasiones la dinámica familiar requiere del acompañamiento de una persona experta en Psicología, para contribuir a la construcción de estrategias para superar las crisis y mejorar la convivencia en la familia.
Mediante la Terapia Familiar, nuestra psicóloga les ayudará a descubrir y potenciar los recursos que poseen como familia, para que juntos puedan actuar de manera colaborativa en la resolución de los conflictos y recuperar el equilibrio.
Este tipo de intervenciones se centra en la familia y no en cada miembro; por esta razón, se enfoca en las relaciones entre sus miembros, en sus patrones de interacción y en el ejercicio de roles en la dinámica interna. Es así como ningún miembro es percibido como “problemático” o “culpable”, sino que abordaremos las situaciones resultantes de las relaciones cotidianas y cómo le afecta a cada uno de los integrantes del núcleo familiar.
Por esta razón, escuchamos a todos los miembros de la familia, definimos cuáles son los patrones de comunicación y conductas disfuncionales que quisieran modificar, y elaboramos en conjunto estrategias para mejorar la convivencia entre todos sus miembros.
«La familia es un sistema en el que todos se influyen sobre los otros, por ello todos los integrantes pueden contribuir a la solución del problema»
Tal vez te surge la duda de si necesitás ayuda profesional para mejorar la situación que tu familia está pasando o si podés seguir intentándolo por tu cuenta.
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¿Cuándo debemos ir a Terapia Familiar?
Una de las principales señales es que has intentado solucionar los problemas por tu cuenta, en más de una ocasión, sin tener resultados; más bien pareciera que la situación se agrava conforme pasa el tiempo.
Otra alerta tiene que ver con el grado de afectación producido por el conflicto. Si has empezado a notar que una mala relación está impactando a uno o varios de los miembros de la familia en el estudio, la socialización, la alimentación, el sueño, por mencionar algunos aspectos, en definitiva, es el momento de acudir a Terapia Familiar.
Te ofrecemos un listado de algunas situaciones que podrían ser resueltas mediante sesiones familiares con nuestra psicóloga:
Conflicto entre los miembros de la familia
Problemas en la comunicación
Trastornos mentales de algún miembro de la familia
Problemas de conducta en los hijos
Problemas escolares
Abuso de sustancias o adicción de algún miembro de la familia
Desacuerdos con respecto al dinero
Infidelidades
Enfermedad o fallecimiento de un familiar
Problemas con la familia extensa
Cuidado de un familiar con necesidades especiales
Separación o divorcio conflictivo y planificación de las custodias compartidas
Nacimiento de un nuevo hijo
Nuevas parejas y familias reconstituidas
Rivalidad entre hermanos
Dificultades para implementar límites y normas
Menores en acogida y adopciones
Abuso o violencia familiar
Independencia (o excesiva dependencia) de los hijos
Desempleo
Si estás atravesando por alguna de estas situaciones u otras que has identificado como problemáticas, no tenés por qué abordarlas en solitario.
Te ofrecemos un espacio para que vos y tu familia puedan mejorar y fortalecer los vínculos que les unen.