Regulación de Peso en Costa Rica

“Seguí una dieta estricta y ahora tengo más peso que antes”

“Creí que esta vez sí lo lograría, hice la rutina de ejercicios, comí bien, y no bajé ni un gramo”

En nuestra consulta escuchamos constantemente historias de personas que, preocupadas por su peso y por las consecuencias que el exceso podría traer a la salud y el bienestar general, han realizado cambios en sus estilos de vida, incorporando el ejercicio y modificando su alimentación, y que no han obtenido los resultados que esperaban.

 

Así mismo, nos visitan personas que, después de rigurosas dietas, fuertes rutinas de ejercicio o costosas cirugías vuelven al punto inicial o incluso ganan más peso.

 

En todas ellas hay un elemento en común: el desánimo. Por más que lo han intentado, se sienten como si estuvieran destinadas a mantener esos kilos sobrantes. Algunas dejan de luchar, otras se niegan a darse por vencidas y continúan buscando la estrategia que le permita ver los resultados que tanto esperan.

 

¿Te suena conocido? Si a vos te pasa lo mismo, pudieras tener trastornos metabólicos que te impiden perder peso, por lo que este contenido te puede mostrar los beneficios que te ofrece la Medicina Funcional.

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“Con la Medicina Funcional, podrás mejorar tu salud y eso se reflejará en tu peso y bienestar general”

En el enfoque tradicional para la pérdida de peso, la atención se centra en acciones que deben realizarse “desde afuera” de la persona: lo que ingiere, la cantidad de actividad física que realiza, las intervenciones directas sobre el cuerpo (cirugías y otras terapias); pero deja de lado la búsqueda de las razones por la cuales se acumula la grasa y que, primordialmente se relaciona con desórdenes en el metabolismo.

 

La Medicina Funcional, por el contrario, atiende esta problemática “desde adentro”, identificando y corrigiendo las causas subyacentes de la ganancia de peso, preparando al cuerpo para deshacerse natural y saludablemente, de los kilos de más.

 

Si te interesa esta información, empecemos por marcar las diferencias:

¿Qué es la Medicina Funcional?

Existe desde hace algún tiempo ya, un nuevo enfoque dentro de la Medicina, que no contempla a la persona desde la enfermedad si no, desde la búsqueda de su equilibrio interno, orientada a crear salud y bienestar, complementando los métodos tradicionales de tratamiento, con la identificación de la causa-raíz de las condiciones presentes.

 

Esta nueva visión, considera que el organismo es un sistema perfectamente equilibrado y, por tanto, las enfermedades y otras condiciones orgánicas se presentan cuando algo no está funcionando bien (porque faltan elementos esenciales o existe una acumulación excesiva de otros).

 

Este modelo de atención integral es el que ofrecemos en PSICOMED, porque hemos comprendido que apostar por el aumento en la calidad de vida, como una prioridad en el servicio, y por tanto nuestros tratamientos de salud se basan en la Medicina Funcional.

 

Veamos cómo se aplica a la pérdida de peso:

Mientras el enfoque tradicional ofrece pastillas, rutinas, dietas e intervenciones quirúrgicas como alternativa genérica que aplica para cualquiera, la Medicina Funcional descubre la raíz para el sobrepeso en cada persona y su tratamiento es individualizado.

 

La mayoría de nosotros no respondemos de manera adecuada a estas opciones masivas, ya que nuestros cuerpos tienen condiciones diferentes que deben ser manejadas de manera previa, para que funciones las dietas y ejercicios. Sin descubrir la raíz del problema, la pérdida de peso no será posible.

“Muchas dietas someten a nuestro cuerpo a extremos, en los que la ingesta con patrones inestables termina activando mecanismos de defensa caracterizados por acumulación de grasa”

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¿Cómo Perder Peso con enfoque de Medicina Funcional?

En primer lugar, es necesario concentrar la atención en el sistema digestivo. Existen alimentos que provocan inflamación intestinal y desencadenan desequilibrios importantes en el funcionamiento del sistema inmunológico y que descontrolan las hormonas en tu cuerpo. El resultado: aumento de peso y acumulación de grasa.

 

Por tanto, es necesario iniciar identificando tus sensibilidades específicas a alimentos, cuáles te provocan inflamación y si estás ingiriendo toxinas en tu dieta cotidiana. Estos tres tipos de agresores digestivos, una vez descubiertos, deberán sustituirse por alimentos que tengan los nutrientes que necesitás para funcionar correctamente. Con este cambio, empezarás a notar cómo tu peso se regula naturalmente y mejora tu bienestar general.

 

Sin embargo, algunas personas pueden tener otros problemas de salud que les impiden lograr perder peso de la manera esperada; a esta condición le llamamos peso obstinado y entre las causas asociadas a él tenemos las siguientes:

Hipotiroidismo:

La tiroides es una glándula encargada de regular muchos procesos en el cuerpo, entre ellos, el metabolismo; por lo que, si la tiroides no está funcionando de manera adecuada, el metabolismo se hace lento, baja la energía y se acumula masa corporal, entre otras cosas.

Estrés crónico:

Muchos estudios han demostrado que el estrés es un factor que favorece al aumento de peso. Lo que sucede es que cada vez que experimentás estrés, se libera una gran cantidad de una hormona llamada cortisol y que te prepara defenderte, dándote energía extra para la lucha o el escape.

El exceso de cortisol, de manera crónica, incide directamente en el aumento de peso y la dificultad para perderlo, aún cuando tu ingesta de alimentos no haya variado o sea la adecuada.

Insulina:

Esta hormona es la que te ayuda a que distribuir los azúcares en las células de tu cuerpo, y por lo tanto su función es vital para la supervivencia.

Cada vez que comemos, el páncreas libera la cantidad necesaria de insulina para poder cumplir con su trabajo; sin embargo, dados los cambios en la dieta y el aumento de ingesta de azúcares, en la actualidad vivimos una verdadera epidemia de resistencia a la insulina en la que sus niveles se mantienen elevados provocando la acumulación de esos azúcares como grasas.

Por otro lado, cuando los niveles de insulina y de azúcar en la sangre son bajos, es usual que se presente acumulación de grasa como un mecanismo de defensa ante la “escasez” de alimentos que interpreta el cerebro.

Estrógeno:

Un desequilibrio en hormonas sexuales puede incidir negativamente en tu propósito de regular el peso.

El estrógeno, por ejemplo, es una hormona asociada con las mujeres; sin embargo, los hombres también la producen, y en ambos casos puede afectar la función de la tiroides, incrementando las posibilidades de acumular grasa corporal.

Sobrecarga tóxica:

En el mundo moderno existen muchas sustancias externas que pueden afectar tu sistema hormonal. Algunas provienen de alimentos y otras del entorno: productos de higiene personal, pesticidas, cloro, BPA, por mencionar algunas, e imitan la actividad de hormonas como el estrógeno, que como se ha mencionado, favorecen la acumulación de grasa.

“Alcanzar tu peso ideal es posible, basta con hacerlo de la manera correcta: Escuchando a tu cuerpo y recuperando el equilibrio”