REGENERACIÓN ARTICULAR

Es probable que las molestias que has estado sintiendo en alguna articulación, te haya motivado a revisar el contenido respecto a los tratamientos que te ofrecemos.

Puede ser que estés sufriendo de una condición llamada artrosis, que ha sido diagnosticada por un profesional en medicina, o si aún no contás con una evaluación de tu caso clínico, la Dra. Araya podrá indicarte si la estás padeciendo, en qué grado y cuáles son las alternativas disponibles.

En primer lugar, conviene tener claridad en algunos conceptos básicos para comprender esta disfunción:

• Articulaciones: Parte del sistema esquelético que permiten la conexión entre dos huesos y hacen posibles los movimientos del cuerpo. Algunas de estas articulaciones las encontramos en la rodilla, el codo, la cadera, la mandíbula, el tobillo y las manos y pies.

• Cartílago: Capa de tejido, más blando que el hueso, que recubre los extremos de los huesos que forman parte de las articulaciones. Actúan como amortiguadores que permiten el buen funcionamiento de la articulación.
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¿Qué es la artrosis?

Cuando las articulaciones son sometidas a grandes esfuerzos, se inicia el desgaste del cartílago, se afecta su efecto amortiguador y, por tanto, los extremos óseos se deforman, produciendo protuberancias de hueso que, por el roce durante la función, producen dolor, hinchazón y pérdida de movilidad.

Este cuadro clínico es conocido como artrosis, enfermedad reumática crónica que lesiona el cartílago articular y se manifiesta con dolor y dificultad para realizar con normalidad algunos movimientos tan cotidianos como cerrar la mano, subir escaleras o caminar. Se produce fundamentalmente en las manos, las rodillas, la cadera y la columna cervical y lumbar.

Hasta hace relativamente poco, se asociaba la artrosis con el envejecimiento; sin embargo, en la actualidad, cerca del 50% de los adultos jóvenes presentan alguna lesión en los huesos, tendones, ligamentos, músculos y cartílagos, mientras que un 25% de los adultos mayores tienen alguna forma de artrosis.

Entre el grupo de articulaciones, la rodilla, por su trabajo constante y de alta exigencia, es uno de los sitios más frecuentemente afectados por artrosis; pero prácticamente puede presentarse en todas las demás.

¿Cuáles son las causas de la artrosis?

No se conocen con exactitud las causas que producen la artrosis, pero existen algunos factores de riesgo asociados a su aparición:

• Edad: A partir de los 50 años, aumenta de forma exponencial. Si aparece en personas más jóvenes suele estar asociado a lesiones previas, como roturas de menisco o fracturas.

• Sexo: Aunque afecta a hombres y mujeres, las mujeres mayores presentan más la condición. • Genética: esta enfermedad reumática no es hereditaria, puede aparecer con más facilidad en personas con historia familiar de artrosis.

• Actividad laboral: Determinadas actividades laborales, caracterizadas por la repetición de los movimientos articulares, puede llevar a largo plazo a la sobrecarga articular.

• Lesiones deportivas: Este tipo de antecedentes traumáticos, hace que los deportistas tengan mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, sobre todo si no fueron resueltos de buena manera.

• Sedentarismo: La falta de ejercicio físico incrementa el riesgo de padecer artrosis.

• Menopausia: Como parte de este proceso fisiológico, la disminución de los niveles de estrógenos durante la menopausia es uno de los factores de riesgo para su desarrollo.

• Obesidad: La obesidad influye tanto en el riesgo de desarrollar artrosis como en el empeoramiento de los síntomas.

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¿Cuáles son los síntomas de la artrosis?

Los síntomas más frecuentes de las artrosis son el dolor articular, la limitación de movimientos, y los crujidos articulares (reportados por los pacientes como si se rompieran cáscaras de huevo). En algunas ocasiones pueden observarse deformidades en la zona articular (protuberancias o desvíos) y derrames de líquido articular.

Sin embargo, el síntoma que genera la mayoría de las consultas es el dolor. En las primeras fases se presenta solo cuando se mueve o se realiza un esfuerzo con la articulación, y no durante el reposo. Conforme avanza la condición, el dolor es más constante tanto durante el movimiento como en el reposo.

También es importante mencionar que en la artrosis puede haber largos períodos de tiempo sin padecer dolor, pero eso no significa que el cuadro clínico se ha detenido o revertido; por el contrario, es probable que la artrosis siga con su evolución.

Tratamiento con Plasma Rico en Plaquetas

A pesar de que existen varias técnicas para la regeneración articular, todas tiene como principal objetivo el dar alivio a los episodios de dolor y mejorar la funcionalidad de la articulación.

Algunas de estas opciones son muy invasivas (cirugías de reemplazo articular), pero conforme avanzan las investigaciones en las ciencias de la salud, se han ido desarrollando técnicas nuevas que obtienen mejores resultados finales, con menos dolor, sin necesidad de internamiento y sin invadir agresivamente el cuerpo.

Actualmente la regeneración articular con Plasma Rico en Plaquetas (PRP) está dando los mejores resultados, no solo en la disminución de los síntomas, sino que también en la eliminación de reacciones adversas y rechazos, y en la valoración positiva de los pacientes, por ser una técnica menos agresiva.

Una vez que nuestra profesional te valore (historia clínica, exploración física y algunos otros elementos que ayuden al diagnóstico), se extraerá un poco de tu sangre y se colocará en una centrifugadora, que es una máquina que separa la sangre en sus componentes. Las plaquetas se separan de las otras células sanguíneas y se concentran en el plasma unas 5 a 10 veces más de lo normal (por lo que aumenta la cantidad de factores de crecimiento). Una vez preparado el PRP, se procederá a infiltrar, mediante unas agujas muy finas, la articulación dañada.

Este infiltrado de plasma rico en plaquetas aprovecha los factores de crecimiento (proteínas contenidas en las plaquetas) para estimular tu cuerpo a usar sus propios procesos de curación, reemplazando las células dañadas por otras nuevas de manera más rápida de lo que tu cuerpo podría lograr por sí solo. Además de estimular la generación de nuevos vasos sanguíneos en la zona en que se coloque, haciendo llegar más nutrientes y contribuyendo al aumento de células y de fibras, como el colágeno y la elastina, que son claves para la recuperación articular.

Dependiendo del caso, podrían requerirse entre 4 y 5 sesiones para lograr los resultados esperados, siendo recomendable un lapso mínimo de 7 días entre una y otra; y la mejoría de la lesión es inmediata, pero los síntomas de disminución del dolor suelen comenzar a partir de la segunda o tercera semana, dependiendo del grado y localización de la lesión.

¿En qué casos se puede utilizar?

En realidad, el tratamiento de regeneración articular con plasma rico en plaquetas puede aplicarse a cualquier persona que presente los síntomas descritos, pero sobre todo a unos tipos de pacientes muy específicos que con este tratamiento encuentran la solución a su patología:

• Deportistas profesionales o aficionados que entrenan diariamente o con mucha frecuencia. El entrenamiento de alta exigencia genera mucho desgaste articular y puede combinarse con lesiones que pueden afectar negativamente al deportista. Con los Factores de Crecimiento se regeneran estos desgastes.

• Personas que no se pueden operar por tener una dolencia que hace desaconsejable pasar por quirófano.

• Personas que padecen artrosis desde hace tiempo (artrosis crónicas) o están en fase inicial, y que buscan pronta mejoría. Los Factores de Crecimiento alivian notablemente sus dolencias.

“Puede que el dolor y la pérdida de función se hayan vuelto costumbre en tu vida, pero esto no debe ser así. Llamanos y concertá una cita. Podemos ayudarte”