Este eje responde a la necesidad de brindar asistencia y protección a las personas albergadas, bajo los enfoques de Derechos Humanos, principios de equidad y respeto a la diversidad, y con modelos centrados en la persona humana.
De igual manera, procura estimular la participación e inclusión de todas las personas, como factores clave para el bienestar individual y general.
Otra tarea ineludible en la correcta gestión de un albergue es la articulación con actores sociales, organizaciones no gubernamentales e instituciones públicas que contribuyan con la satisfacción de necesidades básicas, mediante el acceso a bienes y servicios que beneficien a la población albergada.
Usualmente, por la naturaleza misma de sus actividades, los albergues temporales reúnen a colaboradores de distintas profesiones y saberes que contribuyen al buen funcionamiento de estos centros.
Profesionales en salud, responsables de cocina y limpieza, personal administrativo, oficiales de seguridad, y responsables de mantenimiento, son algunos de los colaboradores más comúnmente requeridos en los albergues temporales.
Nuestra labor empieza por la selección de los candidatos que muestren mayor experiencia, conocimiento, empatía y capacidades para el abordaje de la población usuaria del albergue. Pero no se queda ahí, sino que existe un acompañamiento diario del equipo de trabajo, a fin de que todas las acciones sumen al bienestar de las personas albergadas y al cumplimiento de los objetivos del Centro.
También, como parte de nuestro modelo de trabajo, existe el control y seguimiento mediante coordinaciones técnicas y capacitaciones que permiten asegurar la implementación de buenas prácticas y la orientación a resultados.
El eje administrativo, a pesar de ser una tarea transversal a lo largo del proceso, lo segregamos en tres etapas, según el ciclo de vida de albergues: