Manejo de la Ansiedad

No hay duda, vivimos en una sociedad que se caracteriza por el ritmo acelerado que lleva, y por estar enmarcada en la obtención de recompensas materiales que podrían colocarnos en situaciones estresantes ante los resultados inciertos de nuestras acciones, y que, en términos generales, las personas asocian con ANSIEDAD.
Si te ha interesado esta sección, es probable que estés experimentando la necesidad de encontrar alguna manera de manejar episodios de ansiedad.
Sin embargo, es importante empezar por conocerla.
trastorno de ansiedad generalizada

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una emoción normal y, generalmente, transitoria que surge como señal frente a situaciones de estrés y cambio, a veces amenazantes, y que orientan al individuo a buscar un nuevo nivel de adaptación. Se manifiesta con síntomas psicológicos como nerviosismo, malestar, intranquilidad y expectación, además de señales físicas como taquicardia, sudoración, inquietud y opresión torácica, entre otras.
 
La ansiedad es una emoción, en cierto sentido muy parecida al miedo, que comparte además una serie de características con otra, el enojo. Cuando decimos, por ejemplo, “estoy nervioso”, estamos manifestando un estado emocional de ansiedad.
 
Los estados emocionales surgen en un momento o situación determinada y tienen una duración relativamente corta. Estamos, por ejemplo, nerviosos cuando tenemos prisa y no llegamos a una cita y volvemos a estar más tranquilos cuando ya hemos llegado.
 
Podemos entonces definir la ansiedad como una reacción emocional que surge ante una amenaza como lo son las situaciones de alarma, ambiguas o de resultado incierto, y nos prepara para actuar ante ellas. Esta reacción la vivimos generalmente como una experiencia desagradable cuando nos ponemos en alerta ante la posibilidad de que ocurra algo negativo. Cuando nos anticipamos y pensamos en este posible resultado, es cuando empezamos a alterarnos, a activarnos y a ponernos nerviosos. Así pues, podríamos decir que la ansiedad es una reacción adaptativa y ayuda a la persona a movilizarse en pro de sus metas, a menos que por su intensidad y duración, interfiera en su desempeño normal, en cuyo caso se considera “patológica”.
 
Por ejemplo, hay ocasiones en las que de repente nos activamos sin saber por qué y nos asustamos ante nuestras propias reacciones, reacciones naturales que en absoluto son peligrosas para nuestra salud.
 
Estos son algunos ejemplos que quizá podemos identificar:
  • Podemos experimentar ansiedad cuando nos preocupa que otros se den cuenta de nuestro estado de nerviosismo.
  • Porque nos preocupan las cosas que pensamos o sentimos cuando estamos nerviosos.
  • Porque tenemos miedo de perder el control.
  • Porque le damos una importancia exagerada a algunas respuestas fisiológicas como taquicardias, dificultades respiratorias, sudoración etc., lo cual dispara la ansiedad.
 
La mayoría de los casos no requiere manejo, pero cuando la respuesta es desproporcionada al estímulo y se prolonga excesivamente en el tiempo, estamos frente a un trastorno de ansiedad, en el que es necesario considerar una intervención terapéutica para su manejo, en la que podrían combinarse fármacos con la terapia de Psicología.

¿Necesitas una cita?

Póngase en manos de nuestros expertos

precarizacion laboral redes sociales y machismo la ansiedad juvenil

¿Cuándo intervenir?

Si has estado sintiendo que la ansiedad está interfiriendo con la dirección que quisieras dar a tu vida; con el logro de tus aspiraciones, que pone en riesgo tus objetivos y valores, o que es un obstáculo para ser feliz, ya sea porque te implica un gran esfuerzo lidiar con sensaciones y pensamientos ansiosos, o por que has dejado de intentarlo, quizás sea momento de acudir a profesionales que te acompañen en terapia para el manejo de la ansiedad.
 
Por otro lado, si te ha producido insomnio, falta o aumento de apetito, problemas familiares y/o laborales, o cuando se deriva en fobias, traumas o manifestaciones físicas.
También es usual que se presenten algunos síntomas cuando la ansiedad tiene características patológicas, unos en el plano físico, otros en el psicológico y otros más en el conductual:

Síntomas físicos:

  • Sudoración, sequedad de boca, mareo, inestabilidad.
  • Temblores, tensión muscular, dolor de cabeza, adormecimiento de extremidades.
  • Palpitaciones, taquicardias, dolor en el pecho.
  • Falta de aire.
  • Náuseas, vómito, diarrea, estreñimiento.
  • Problemas en la intimidad sexual.

Síntomas psicológicos y conductuales:

  • Preocupación constante.
  • Sensación de agobio.
  • Miedo a perder el control, a volverse loco, sensación de muerte inminente.
  • Dificultad de concentración, pérdida de memoria.
  • Irritabilidad, inquietud, desasosiego.
  • Conductas de evitación de determinadas situaciones.
  • Inhibición o bloqueo.
  • Obsesiones o compulsiones.
Si te has identificado con el contenido de estas listas, quizás sea el momento de buscar ayuda profesional. En PSICOMED te ofrecemos un espacio para trabajar de manera conjunta y particular tu ansiedad, con el único objetivo de producir cambios que te permitan mejorar tu vida

“Con los apoyos correctos, es posible manejar la ansiedad y recuperar el control de tu vida”